Llegamos un seis de enero, como los reyes. Nos sentíamos reyes, que enorme privilegio. Pero allí no había agua ni pasto para camellos, quizá nunca hubo ni una foto de camellos. El mar era un espejo roto con mil pedazos esparcidos por todos lados.
La emoción de apoyar nuestros pies en la tierra más pura del planeta, nos colmó completamente. Sentimos que la antártida entera era nuestra. Sin duda, todos los que estábamos allí lo sentíamos. En la inmensidad, no se distinguía entre científicos, obreros, militares, periodistas, curiosos. Eramos todos, por lo menos, sorprendidos por ese universo blanco.
Entramos al inmenso comedor de la Base Marambio, donde una frase nos recibió con un mensaje lleno de sabiduría: Cuando llegaste apenas me conocías, cuando te vayas me llevarás contigo. Cualquiera que haya estado en la Antártida lo sabe, no pasa un solo día sin que recuerdes ese paisaje y las fantásticas sensaciones que genera.
Salimos al hielo, blanco hasta que duele, el horizonte azul y nada más. Caminamos, caminamos y seguimos caminando. Uno camina porque va hacia adelante buscando ese horizonte que promete inmensos témpanos y grietas. Camina con tres kilómetros de hielo bajo los pies. Poco a poco el paisaje va cambiando. Tan poco es loq ue se ve para afuera que la única perspectiva posible es hacia adentro. Uno ve sus pasos, los que dio y los que dará. Se ve tan profundo en uno mismo que la exploración es infinita. Es el efecto especular del desierto. Aislado de los 30 grados bajo cero, la visita a uno se da adentro del tremendo traje polar. Se viaja por las venas hacia cada confín del cuerpo, se sigue por dentro reddescrubriendo cada emoción, cada risa, cada lágrima, todo lo aprendido, lo poco enseñado. Y se sigue ccaminando, no se puede advertir distancias, se camina hacia adelante y ahacia adentro. Es un viaje más maravilloso, único.
Cuando te vas, sin duda, te llevás la antártida para siempre contigo. Y en la antártida dejás un poco de vos. No acepto lo de desierto blanco, alli habitan las consciencias de las miles de personas que salieron alguna vez a caminar.
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1 comentario:
Cuando la gente llega a tu Gran Espejo Blanco lee "Cuando llegaste apenas me conocias, cuando te vaya me llevaras contigo"..
Cuando la gente te conoce, SIENTE lo mismo.
Te quiero mucho
Tu hermana
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