SIGUE LLOVIENDO

Clin clin, clin clin…
Serán las tres de la tarde, estoy sentado en la galería de mi casa, tengo seis años y la lluvia canta sobre el techo de chapa. Clin clin, clin clin…
El olor de la tierra mojada se me ocurre hoy entrañable, quisiera sentirlo ahora mismo y que se quedara de fondo para siempre. Clin clin, clin clin… He visto tantas lluvias, veré tantas también. Me fascina la lluvia, con un pequeño esfuerzo podría acordarme de cada una, de cada lluvia que vi en mi vida. He visto llover en los sitios más distantes. Vi tormentas en el Amazonas, tímidas lluviecitas que a duras penas parecían un estornudo sobre el desierto. Estuve horas gozando bajo la lluvia con el mar andaluz a la cintura. He caminado kilómetros bajo una cortina plateada que caía incesante. He reído como loco cuando parecía que el cielo entero se derramaba sobre San Marcos Sierras.
A veces veo una nube perdida deambulando por aquí y quisiera poder pedirle que se vaya a San Juan, a la casa de la esquina y que si ve un niño sentado en la galería le cante: Clin clin, clin clin…
De ella también depende que algún día sea un hombre lleno de felices recuerdos.

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